¿Qué es la Comunicación Pública?

A MODO DE INTRODUCCION

GOBERNAR PARA TODOS y desde la organización “aprender” a hacer Comunicación Pública y no propaganda entre campañas. Así finalicé el artículo anterior en que diferenciaba Marketing Político y Comunicación Pública.

He decidido usar las mismas líneas al iniciar esta nota introductoria a la Comunicación Pública, porque comprender su sentido, es fundamental para entender su importancia.

La Comunicación Pública, entendida como el conjunto de herramientas, técnicas y soportes utilizados para transmitir y recibir información, así como los canales a través de los cuales se contactan la comunidad con sus organismos y las instituciones con sus usuarios, es un concepto amplio, multidisciplinario y joven.

El objetivo fundamental es posicionar la marca del territorio a través de un plan de comunicaciones coherente en sus acciones, capaz de plantear objetivos a largo plazo que se concreten de manera paulatina, a través de la suma de acciones que, desde lo cotidiano, alineen ideas bajo una visión integral capaz de definir al territorio y a sus habitantes, más allá de los ciclos políticos.

Dar pasos con una visión concreta, se define a través de la creación de un Plan Estratégico que contenga un Plan de Comunicaciones como herramienta fundamental para la generación de identidad y pertenencia ciudadana.

El objetivo es empoderar al habitante con su territorio para que al sentirse parte, pueda crecer conjuntamente con su entorno, buscando el desarrollo equilibrado, sustentable y sostenible de las ciudades.

El binomio entre cohesión y desarrollo, da paso a la creación de subcentros que eliminan la proliferación de territorios “dormitorios”.

Tampoco el fenómeno obedece a la tarea equivocada de pensar la comunicación al interior de un organismo como la gestión con los medios de comunicación, sino muy por el contrario, a la comprensión de que los directivos de comunicación pública son fundamentales como puentes de conexión entre la ciudadanía y los organismos.

La Comunicación Pública, trabaja precisamente con la sinergia producida, entre quienes requieren el envío de mensajes y el público objetivo que los recibe, permitiendo incluso la racionalización del presupuesto ya que la ciudadanía conoce la oferta institucional y la organización las demandas de la población adecuando su accionar.

Mucho se discute si la comunicación pública es en verdad propaganda, ya que dado su espacio de acción -siempre está bajo la figura de un político y por tanto cercano a una ideología-, se tiende a pensar que el trabajo no está más que destinado a la propagación de ideas o a la venta del discurso político.

Por otro lado, están quienes señalan que la Comunicación Pública, no es más que publicidad y que la actividad que desarrolla va dirigida a esta acción con el propósito de “vender” la gestión, usando estrategias destinadas a hacer pensar que lo que ofrece el organismo, es lo que la población necesita.

El concepto no es ni lo uno, ni lo otro, sino que posee parte de ambas disciplinas, pero también mucho de marketing, de semiología, de antropología y dada su complejidad de otros varios elementos presentes en las diferentes ramas de las ciencias sociales.

Sin embargo, no se puede desconocer que la Comunicación Pública nace de la relación que hay entre comunicación y política. Ambos conceptos mediados, por la importancia de “lo público” (en contraposición al derecho a lo privado) y dentro de este del quehacer político como constructor de conciencias.

En la esencia de esta idea, está la certidumbre de que la comunicación y la información son un bien público y que es precisamente la apropiación hacia el interés individual de estos dos bienes, lo que se debe conciliar.

Cuando entendemos la naturaleza colectiva pública de la comunicación y  dejamos de acatar un propósito particular, cambia la intención de lo comunicado, obligándonos a replantear los roles y mirar de otra manera el papel que cumplen los sujetos que interactúan en la comunicación.

Ese comunicar colectivo, en función de un interés social es uno de los fundamentos u objetivos a alcanzar ya que supone la reacción de los receptores y su movilización frente a lo que ocurre en su entorno.

Será pública, la comunicación cuando vele por la construcción de ciudadanía y otorgue lugar a la participación, generando una relación  interesante, en la medida en que el proceso se aleja del mero hecho informativo para aproximarse a una construcción de sentido compartido,  que aumente la cooperación.

El nivel básico esperable en una sociedad es que esté informada. Ese simple hecho es el eslabón de una sociedad activa. Pero si además de interiorizada la ciudadanía es consultada, aumenta la participación bajo la posibilidad de deliberar, discutir y poner en común las decisiones que les afectan.

Un Plan de comunicación público debe producir acciones comunicativas permanentes, generando medios e instrumentos para actuar  coordinadamente en: la entrega de información y construcción de agenda, donde se construye opinión pública, se propician ejercicios de periodismo público, se responde a la primicia de producir más que noticias e información espacios de participación que construyan ciudadania y terminen con la generalizada apatía de la gente que no  cree en sus autoridades y en el aparataje público.

Entonces, parte fundamental del rol de la Comunicación Pública es la construcción de redes organizativas y comunitarias informadas y capaces de movilizarse para construir su propio entorno de forma democrática.

Si bien es cierto en la actualidad hay muchas tareas pendientes en el área de la gestión y la agilización de los procesos, estamos asistiendo a una transformación en cuanto a lo que los organismos públicos realizan y ello, tiene que ver con las demandas y el cansancio ciudadano… La Comunicación Pública mucho tiene que decir y hacer al respecto